9 1 Cuando la reina de Sheva
[18]
oyó lo que estaba siendo dicho acerca de Shlomó, ella vino a
probarlo con preguntas difíciles en Yerushalayim, acompañada por un gran séquito,
incluyendo camellos que cargaban especias y oro en abundancia, y piedras preciosas. Cuando ella
vino a Shlomó, ella le dijo todo lo que estaba en su mente; 2 y Shlomó respondió todas sus preguntas, nada estaba escondido del rey que él no le pudiera explicar a ella. 3 Y la reina de Sheva
vio toda la sabiduría de Shlomó, el palacio que él había edificado, 4 la comida a su mesa, la forma
de sentar a sus oficiales, de la forma que su personal le servía y cómo estaban vestidos; sus
sirvientes personales y cómo estaban vestidos, y su forma de subir a la casa de YAHWEH, se
quedó sin aliento. 5 Ella dijo al rey: "Lo que yo oí en mi propio país acerca de tus obras y tu
sabiduría es verdad, 6 pero yo no pude creer el reporte hasta que vine y vi por mí misma.
Realmente, ellos no me dijeron aun la mitad de lo grande que es tu sabiduría. En realidad, tú
sobrepasas los reportes que he oído. 7 ¡Bendecido es tu pueblo, bendecidos tus sirvientes que
siempre te están atendiendo y pueden oír tu sabiduría! 8 Bendito sea YAHWEH tu Elohim, quien
tomó placer en ti para ponerte en este trono, para que tú pudieras ser rey para YAHWEH tu
Elohim. Por el amor de tu Elohim a Yisra'el, establecerlos para siempre, El te ha hecho rey sobre
ellos, para administrar juicio y justicia." 9 Entonces ella dio al rey ciento veinte talentos de oro,
especias en gran abundancia, y piedras preciosas; nunca hubo especias como esas que la reina de
Sheva dio al rey Shlomó.
10 Los sirvientes de Hiram y los sirvientes de Shlomó, que habían traído el oro de Ofir,
ahora trajeron madera de pino y piedras preciosas. 11 El rey usó la madera de pino para hacer
peldaños para la casa de YAHWEH y para el palacio real, también liras y arpas para los cantores.
Ninguno como estos había sido visto en la tierra de Yahudáh. 12 El rey Shlomó dio a la reina de
Sheva todo lo que ella quiso, cualquier cosa que pidió, aparte de lo que ella había traído al rey.
Después de esto, ella regresó y fue a su propio país, ella y sus sirvientes.
13 El peso del oro que Shlomó recibía anualmente llegó a ser de ciento sesenta y seis
talentos de oro,
14 aparte de lo que venía de las aduanas y los impuestos; también todos los reyes
de Arabia y los príncipes de la tierra trajeron oro y plata a Shlomó. 15 El rey Shlomó hizo 200
escudos grandes de oro martillado; quince libras de oro martillado se empleaba en cada escudo. 16
El hizo 300 escudos pequeños de oro martillado, con siete y media libras para cada escudo; el rey
puso estos en la casa del Bosque del Levanon. 17 El rey también hizo un gran trono de marfil y lo
recubrió con oro puro. 18 El trono tenía seis peldaños y un estrado de oro para los pies; estos
estaban unidos al trono. Había brazos a cada lado del asiento del trono, dos leones estaban al lado
de los brazos, 19 y doce leones más a cada lado de los seis peldaños.[ 19]
Nada como esto nunca
había sido hecho en ningún reino. 20 Todas las vasijas de beber del rey Shlomó eran de oro; y
todos los utensilios en la casa del Bosque del Levanon eran de oro puro; porque en el tiempo de
Shlomó, la plata era considerada de poco valor. 21 Un barco iba para el rey a Tarshish con los
sirvientes de Hiram; una vez cada tres años los barcos de Tarshish llegaban, cargado de oro,
plata, marfil, monos, y pavos reales.
22 Así que el rey Shlomó sobrepasó a todos los reyes en la
tierra en ambos riqueza y sabiduría. 23 Todos los reyes de la tierra buscaban la presencia de
Shlomó para oír su sabiduría, cual Elohim había dispuesto en su corazón. 24 Cada uno traía su
regalo – artículos de plata, artículos de oro, ropas, mirra, especias, caballos y mulos; y esto
continuó año tras año.[Ver 1R 10:23-25.] 25 Shlomó también tenía 4,000 yeguas para sus carruajes y sus
12,000 jinetes; él los asignó a las ciudades de carruajes y con el rey en Yerushalayim. 26 El reinó
sobre todos los reyes desde el Río [Eufrates] por toda la tierra de los Plishtim hasta la frontera
con Mitzrayim. 27 El rey hizo que el oro y la plata fueran tan comunes como piedras en
Yerushalayim, e hizo los cedros tan abundantes como las higueras de sicómoro que están en el
Shefelah. 28 Ellos compraban caballos para Shlomó de Mitzrayim y de todos los países. 29 Otras
actividades de Shlomó, desde el principio a fin, están escritas en los registros de Natan el profeta,
en las palabras de Ajiyah de Shiloh y en las visiones de Iddo el vidente referente a Yaroveam el hijo de Nevat. 30 Shlomó reinó en Yerushalayim sobre todo Yisra'el por cuarenta años. 31
Entonces Shlomó durmió con sus padres y fue enterrado en la Ciudad de David su padre, y
Rejaveam su hijo fue rey en su lugar.[ 20]